A Pedro Grases se le debe aquel trabajo didáctico utilizado en las escuelas titulado “Un breviario para recorrer más
fácilmente las densas y apretadas columnas del Correo del Orinoco” Foto Archivo
Edición Aniversario, Puerto Ordaz, 27.6.2018
El Correo del Orinoco cumplió 200 años. Por tal motivo se hizo un ciclo de charlas en Caracas. La hazaña editorial queda expresada en el prospecto del tabloide del primer número del Correo…: “…una Gazeta, cuya sola existencia en el centro de estas soledades del Orinoco es ya un hecho señalado en la historia del talento humano…”.
A continuación la participación del autor en este ciclo de charlas.
Testimonios y reflexiones
Don Pedro Grases en entrevista A fondo de Joaquín Soler Serrano para TVE (1983), dijo que: A su llegada a Venezuela en 1937 tuvo la percepción de que había grandes lagunas en la cultura venezolana que necesitaban investigarse. Encontró que no había herramientas de trabajo. El Congreso de Angostura y el Correo del Orinoco fueron unos de ellos. Grases cumplió su papel junto a Bartolomé Tavera Acosta, don Luis Correa, Luis Level de Goda, Julio Febres Cordero y Manuel Alfredo Rodríguez.
La segunda razón la explicaba Grases a un amigo hispanista, Profesor Emérito de la Universidad de Yale, el cubano José J. Arrom en 1988. “El hispanismo del Norte es acaso más científico y metódico, pero le falta vibración del sentimiento y la compresión intima. Esto me indujo a regresar a Caracas el 47, cuando me invitaban a quedarme en Harvard. Si alguien puede entenderlo eres tú” (Archivo de Pedro Grases, Fundación Pedro Grases).
En su afán de encontrar verdades, Grases se propuso llevar una vida útil y de servicio al país. Por méritos propios se hizo “una de las claves de la conciencia nacional” (Editorial de El Diario de Caracas, 7 de julio de 1979).
Como maestro de la bibliografía, dijo:
“Observo que no está una buena parte de mis trabajos. La razón es clara: la técnica bibliotecaria no ha encontrado todavía normas sencillas para expresar en ficha la participación de un autor, contenida en La Comisión Editora, Edición al cuidado de, Nota del Editor, La Redacción, Nota del Compilador, Selección, prólogo y nota, etc.”.
Imposible que una cédula de catalogación llegue a recoger la porción de vida, esfuerzo, desvelos e ilusiones que llevan en cada caso estas indicaciones impresas (Obras, Vol. 1).
Toquemos tres (3) de las seis (6) contribuciones de Grases a los antecedentes y el sesquicentenario del Congreso de Angostura:
La Prensa Heroica, 1968
“Cuando el Libertador puso pie definitivo en Tierra Firme en 1817 para emprender decididamente la obra de la Emancipación, situó en Angostura el centro y eje de la estrategia política. Con su poderosa concepción de la empresa que iba a acometer, trazó las líneas de la inmediata lucha bélica ante un enemigo que se exhibía fuerte e indestructible, asentado en la casi totalidad de los antiguos dominios hispánicos, en tanto que las partes ocupadas por las fuerzas patrióticas se hallaban reducidas prácticamente a nada. (…) Para divulgar sus ideas, Bolívar necesitaba de un instrumento indispensable: la imprenta, que había encargado a José Miguel Istúriz, enviado a Jamaica para adquirirla y traerla a su base de operaciones. En septiembre de 1817, llegaba el deseado taller a la ciudad de Angostura, para ser instalado seguidamente; pronto empezó a producir los impresos anunciadores del proceso de la libertad de los pueblos: leyes, proclamas, resoluciones de gobierno, órdenes militares, recorrían la creciente geografía de las zonas libres, que la espada de los patriotas iba reconquistando al poder hispánico…” (Introducción, Junio 1968).
Impresos de Angostura 1817-1822
Libro facsimilar de lujo donde Grases precisa su propósito en el variado papel que cumple en el mismo. Una colección de impresos, un repertorio de impresos, conocidos unos, desconocidos los otros, indica las fuentes de impresos y la constancia de los fondos donde fueron encontrados. Agradece a todas las instituciones y particulares al profesor Manuel Pérez Vila, quien lo acompaña en la compleja empresa.
Dice al finalizar su texto: “Ojalá que esta edición suscite a los investigadores la necesidad de completar los impresos que faltan”. Desde entonces, tamaño esfuerzo no ha sido superado.
El Discurso de Angostura, 1975
Por Pedro Grases los amantes de la historia de la independencia pudieron saber que la estudiada pieza discursiva del Libertador, pronunciada el 15 de febrero de 1819, es la que se halló en Inglaterra. Las demás fuentes documentales son borradores, primeras y segundas versiones. En 1975 sale a la luz el libro Discurso de Angostura, Ediciones de la Presidencia de la República, con texto del presidente Carlos Andrés Pérez y estudio de Pedro Grases.
El documento de 32 folios (24 x 18 cm) cosido a hilo, escritos en las dos caras, de puño y letra del capitán Jacinto Martel, constante y fiel secretario de Bolívar en este período, es un documento trasladado de uno a otro documento. Interlineadas en el manuscrito aparecen llamadas y notas del manuscrito original del abogado Manuel Palacio Fajardo. Dichos papeles fueron entregados por el propio Libertador al coronel James Hamilton para que los vertiese a la lengua inglesa. 150 años después esta joya documental apareció en la colección de su actual familia Hamilton-Grierson en el Reino Unido.
Luego de las ediciones ya impresas, el discurso de Angostura tuvo modificaciones, que pueden estudiarse con las referencias necesarias. La primera edición en castellano apareció en las columnas del Correo del Orinoco, números 17, 20, 21 y 22 correspondientes a los días 20 y 26 de febrero y 6 y 13 de marzo de 1819. La versión inglesa, la comentada de Hamilton, se publicó en marzo-abril de 1819.
30 de las anotaciones de Palacio Fajardo son propuestas de cambio de redacción. 14 corresponden al comentario de un concepto o críticas al texto. La nota 11 se limita a consignar la palabra observación. El Maestro Grases fue uno de los pioneros que hizo ediciones comparadas de textos en el país y, entre ellos, aclara que don Mario Briceño Iragorry tenía en sus planes publicar la edición de textos comparados del Discurso de Angostura, “hasta parece que había terminado el trabajo cuya suerte ulterior se desconoce”, escribe.
Termina su estudio Grases al libro de 1975 para la edición de lujo con los facsímiles del documento inglés, diciendo lo siguiente: “Deseo dejar consignado mi reconocimiento a quienes me pusieron en el camino de localización del manuscrito de Hamilton: Eric Lambert y el Profesor John Lynch”. Tuvo participación en este hallazgo documental doña Miriam Blanco Fombona de Hood, consejero cultural de la Embajada de Venezuela en Inglaterra.
Written By: Carlos Maldonado-Bourgoin