Poemas


El Dr. Ramón González Paredes recuerda a su amigo y contertulio Pedro Grases en su libro inédito «Recuerdo Poético de Amigos y Escritores«.

Don Pedro Grases

Del libro inédito
Recuerdos poéticos de mis amigos escritores
de RAMÓN GONZÁLEZ PAREDES

La figura de DON PEDRO GRASES, ilustre catalán de origen, llenó de luz nuestro país. El fue de los integrantes de la España Peregrina que encontró un refugio entre nosotros y nos colmó de luciérnagas cognitivas en la cátedra universitaria, en los liceos, en las tertulias literarias, en la investigación día a día para llevar consigo la magia de la palabra, con el propósito de ver de mejor manera muchas épocas de nuestra historia colonial y republicana.

Fue el de los integrantes de la España Peregrina que arribó en nuestras costas. Se trataba de un grupo de luminarias encabezadas por el gran filósofo, mi querido maestro Don David García Bacca, lo mismo que Eugenio Imaz en Psicología, y muchos otros, en mis estudios de Filosofía en la Universidad Central, cursados, además de la carrera jurídica.

Cuando yo era Secretario de la Academia Venezolana de la Lengua, Correspondiente de la Real Española, pude entender su valiosa colaboración pues él, como individuo de número siempre estuvo dispuesto a darle brillo a cualquier acto institucional.

El soneto que le dedico al maestro catalán de origen y venezolano de adopción, en mi obra inédita «Recuerdo Poético de Amigos y Escritores», dice lo siguiente:

Escribió hurgando infolios hora a hora

Cataluña volcóse en Venezuela por
quien dictaba cátedras de aurora:
escribió hurgando infolios, hora a hora,
y trajo el arco iris a la escuela.

PEDRO GRASES, hace años, a mi
arribo de Europa, con mi luna –
fantasía, en Ateneo arrulló mi poesía.
El Ávila observaba, un tanto esquivo.

En la Academia alzó su verbo sabio.
Brindó colmenas de Cultura al día,
tuvo un ramal de ciencia en cada
labio.

Siguió pasos de Bello en el sendero.
Trajo a Baralt desde la lejanía, donde
solía brillar vuelto lucero.



El Dr. Román Rojas Cabot, diplomático, comentarista de política internacional y cultura por TV y radio, escribe estos poemas a su amigo Pedro Grases.

Don Pedro Grases

Por: Román Rojas Cabot

Entre dos mundos, varón alerta si los hay
y aún refulge la antigua savia catalana
y el sabio decir del humanista
entre el cálido latir de las orquídeas
y el soplo enfebrecido del Caribe
que un día redimió tus esperanzas ya perdidas.

Ves hoy tu obra sustanciosa
coronada por el tiempo y por los hombres
y a veces se te ocurre que en el mar labraste
y que nada de lo tuyo vale nada.

Mas en este trajinar perenne
se hizo campo fértil el encargo de tu vida
cuyas lecciones aprendiste
y hoy te acercas con laureles
que sólo tú conoces, al susurro de los dioses
fecundo y preparado, con una estela de amor
en aquellos pasos que emigraron.

Por eso te concedes un lapso más holgado
puente adentro del océano más sagrado
entre espumas y delfines
rimando las eras, los vocablos
y las catalanas voces que el Mediterráneo exalta
que tu corazón llevara junto al rubor de soles más calientes.

De luz tocadas Villafranca y la hermana caraqueña
encuentro que tu espíritu transforma
y deshoja lentamente en un jugar de aromas y culturas
abundoso río que se salva del ruido de los hombres
llama manifiesta que el gran caudal aumenta.

Diciembre de 1990



Del Instituto Politécnico Educacional, Ana María Olalde, María Paneyko y María Cruz Olalde, 2º Año, publican en La Candelita, Tercera Época, Año VIII, Nº 59, Caracas, 25 de junio de 1963, estos graciosos versos al Maestro Grases. Hoy, principal autora Ana María Olalde es Profesora de la Universidad Metropolitana y artista plástico presente en el movimiento cultural caraqueño.

Cuartetos en loor a Pedro Grases

Pedro Grases, gran maestro
optimista y eficaz
español de “pura cepa”
muy alegre y perspicaz.

De la imprenta sabe mucho
y de los libros también
las Biblioteca le gustan
y las organiza bien.

De Gutemberg nos habló
su invento nos agradó
¡Qué sería del Colegio
sin este gran inventor!

Con bigote y dos lunares
anteojos encuadrados
calvicie de nacimiento
y pañuelos perfumados.

De una rosa nos habló
de cierto gran impresor
superior a Sucre y Páez
y casi al Libertador.

Tiene cargos importantes
como el de gran asesor
echando humo nos habla
del libro y de su impresor.

Presentado por Eglée
en el salón de debates
aplaudido con furor
por Serna, Pizarro y Narváez.

Nunca había presenciado
charla tan interesante
con los oídos atentos
y nuestra vista anhelante.

Ni los debates políticos,
ni los juegos de Base-ball,
ni el juego de la ruleta,
nos inspiró como hoy.

Con sus palabras pobladas
de toda gracia y candor
nos habla de los libros
para el alumno de hoy.

(Ana María Olalde, María Paneyko y María Cruz Olalde, 2º Año, Instituto Politécnico Educacional, versos publicados en La Candelita, Tercera Época, Año VIII, Nº 59, Caracas, 25 de junio de 1963)